Cuéntanos de qué promoción eres, en que facultad y campus estudiaste. Cómo fue la trayectoria desde que finalizaste tus estudios en la Universidad Europea hasta que crear y dar forma a tus proyectos.
Estudie la Doble Licenciatura en Arquitectura y Bellas Artes en la Universidad Europea de Madrid. Me gradué en la promoción de 2014 y estuve trabajando para varios estudios de arquitectura, algunos, de mis propios profesores.
Hace varios años pasé por una época un poco impaciente. Durante los primeros años de realidad profesional, sentí como los tiempos de desarrollo que requieren ciertos proyectos se estiraban enormemente. Esto me impacientaba bastante. Empecé a fijarme cada vez más en proyectos con tiempos y procesos más cortos. Y un día me encontré dibujando otro tipo de cosas, diferentes a lo que estaba acostumbrada y que ya llevaban en la cabeza un tiempo: eran piezas de la primera colección de lo que luego sería Corsicana, una firma de moda femenina. Evidentemente no tenía ni idea de cómo se iban a poder llevar a cabo, pero ahí estaba resolviendo ese problema de impaciencia.
Ahora ya reconciliada con la profesión de arquitecta (que nunca abandoné), y también con sus tiempos; estoy muy contenta de que una pequeña crisis laboral, saliese uno de los proyectos más especiales que he realizado, con el que disfruto enormemente, y el que espero poder compaginar por muchos años más.
Descríbenos un poco más tu trabajo ¿Qué es lo que más te gusta? ¿A qué retos te enfrentas día a día? ¿Alguna anécdota que quieras compartir?
En 2020 decidí continuar con el estudio de diseño e interiorismo familiar, para convertirlo además, en un estudio de arquitectura. Dentro de la parte de diseño, está Corsicana, que aunque tiene un ritmo diferente, lo considero un proyecto más. El reto sin duda, es tratar de conciliar todo, y que aún quede espacio para tener tiempo libre, que cada vez me doy más cuenta que fundamental para funcionar.
Aunque tengo mucha ayuda, en un mismo día puedes estar hablando de licencias, de patrones, de ideas para un desfile, dibujando un detalle constructivo, visitando una obra o cerrar una venta. Hay que estar ágil para cambiar el chip. Lo mismo sucede con el espacio de trabajo físico del estudio, tienen que fluir todas esas actividades tan diferentes. Lo que lo hace fácil, es que la parte inspiracional y de diseño está muy conectada y activa en ambos campos, se retroalimentan…así que de momento no hay miedo a la hoja en blanco.
¿Por qué elegiste la Universidad Europea? ¿Qué valores y características crees que tiene que han contribuido en tu desarrollo profesional?
En mi caso tuvo que ver la oferta académica. Recuerdo que en cuanto me enteré la existencia de la Doble Licenciatura en Arquitectura y Bellas Artes, automáticamente pasó a ser una de mis primeras opciones. No existía ningún otro lugar donde poder hacerla.
A día de hoy pienso que fue un acierto total, fue una educación muy 360; que nos ha permitido enfrentarnos al mundo laboral desde muy diversas perspectivas. Lo veo en mi promoción, que hemos tomado caminos muy diferentes, en diferentes ámbitos; y sin embargo, hemos sabido adaptarnos a los cambios que los tiempos nos han ido marcando; para encontrar un hueco donde realizar lo que más nos gusta: crear.
¿Cuál es tu mejor recuerdo en la Universidad Europea?
Tengo un gran recuerdo de los profesores que tuve en los dos últimos años de carrera, que es cuando más conectada me sentí a mis estudios, les guardo mucho cariño. No obstante, a lo largo de la carrera, tuvimos muchas asignaturas que nos iban abriendo puertas a diferentes sectores: audiovisual, diseño gráfico, pintura…De hecho, recuerdo con interés, varias clases que luego me ayudarían mucho en algunos momentos de mi trayectoria.
Nunca habría pensado que Teoría Estética e Investigación y Crítica, serían claves para tener una base en el Postgrado y que sin ellas habría estado perdida. O sin embargo, que las clases de fotografía, en las que aprendimos a revelar, manejar una cámara de medio formato, o una estenopeica; terminarían por convertirse en una de mis aficiones.
Visto esto, estoy segura que seguiré aplicando otros conocimientos adquiridos esos años según se vayan presentando las ocasiones en el futuro…¡nunca se sabe dónde puedes terminar!
¿Qué consejos darías a aquéllos que acaban de terminar sus estudios y salen ahora al mundo profesional?
Ahora que han pasado algunos años y puedo ver las cosas con algo más de perspectiva, creo que trataría de disminuir la trascendencia que le daba a los cambios (de trabajo, de país, de especialidad, de ámbito…). Me hubiera gustado haberles perdido el respeto mucho antes, sin sentir que no cierras puertas ni abandonas barcos. Y también perder el miedo al fallo. La formación que se da en las escuelas y facultades, es solo una primera etapa que se completa cuando sales ahí fuera y aprendes. Sin fallo no hay aprendizaje, ni tampoco inercia para cambiar.