Cuéntanos de qué promoción eres, en que facultad y campus estudiaste. Cómo fue la trayectoria desde que finalizaste tus estudios en la Universidad Europea hasta que crear vuestro proyecto.
Los tres miembros del proyecto somos de la misma promoción, casualmente, de la de 1998-2002. Salva hizo la licenciatura de Económicas y Quique y yo hicimos Administración y Dirección de Empresas. Los 3 estuvimos en el campus de Villaviciosa de Odón y finalizamos los estudios a la par.
Los tres nos conocimos en el Campus. A Quique le conocí en la cafetería del Edificio A y a Salva en la residencia que acabaríamos compartiendo sin saber en ninguno de los dos casos lo que iba a estudiar cada uno.
Cómo fue la trayectoria desde que finalizaste tus estudios en la Universidad Europea hasta que creáis vuestro proyecto.
Cada uno tiene un camino diferente. Salva siempre se ha enfocado al mundo de la banca; Quique, en diferentes sectores, se ha dedicado a temas de tecnología e investigación enfocados al mundo del turismo; mientras que yo siempre he estado ligado al ámbito de la gestión, emprendo diferentes sociedades por mi cuenta y colaboro con partners de diverso tipo, desde prevención de riesgos laborales hasta en comercio electrónico. Empecé con un centro de rehabilitación, después di un salto al mundo del implante dental y finalicé llevando la dirección comercial de un hospital que pertenece al grupo de medicina privada más grande de Europa.
Por tanto, son caminos muy diferentes, pero siempre hemos estado ligados por temas profesionales y personales. Porque ya son 10 años los que llevamos los 3 juntos involucrados en este proyecto.
Descríbenos un poco más vuestro trabajo. ¿Cuál es la parte que más te gusta?
Nuestro trabajo surge de la unión de un grupo multidisciplinar donde creímos y creamos un sistema económico denominado CCG (Centro de Control General). Este sistema es único y cuenta con una protección mundial. Dentro del mundo Financiero, creemos que será una revolución para el mercado a nivel mundial. Podría decirse que será como una especie de “Google Financiero”.
Este sistema monitoriza ciertas transacciones económicas y estratégicas de un País. Es decir, cada País, tutelará, a través de un ente público, mediante comprobaciones automatizadas lineales de 24 horas o graduales (dependiendo del acuerdo con cada parte) todas esas transacciones que se realicen. Esas transacciones estratégicas, conllevan diferentes fases, que no están relacionadas entre sí. Por ejemplo, en un País puede interesar más el control de los alquileres, mientras que para otros puede ser más interesante el control de las nóminas o las importaciones o exportaciones. Cuantas más fases implantemos, mayor será la transparencia de estas operaciones.
De esta forma, podríamos decir que CCG es un sistema que aporta garantías: fecha regular de pago y cobro, que los importes siempre sean correctos en tiempo real y las retenciones inmediatas. Garantizamos así que el dinero se retroalimenta, tanto para quien va a pagar, para quien lo va a controlar y para quien lo va a cobrar. Garantizamos también una mayor presencia de la banca tanto de inversión como tradicional, algo fundamental.
En CCG nos ceñimos a tres pilares: La transparencia, la seguridad y la rentabilidad desde el punto de vista social y económico.
Con respecto a la parte que más me gusta de mi trabajo es haber podido llegar hasta aquí, hasta el registro del proyecto y crear algo que antes no existía. No sabemos cuándo se va a implantar, pero, sin duda, lo más positivo es la auto implementación y el haber compaginado este proyecto con nuestros trabajos habituales sacándolo adelante.
¿Cuál es el punto de partida en que nace vuestro proyecto?
El proyecto nace de una simple conversación con un amigo llamado Andrés, que también es Alumni de Económicas por la Universidad Europea. Andrés estaba pasando un momento duro porque su nómina no reflejaba el esfuerzo que él realizaba en términos de cumplimiento de horarios y salario. A partir de ahí nos lo planteamos y CCG nació en principio con vistas al cumplimiento de nóminas y paliar situaciones como la de Andrés. Después, le dimos forma al proyecto, lo redactamos y preparamos para llevarlo a registro.
¿En qué fase se encuentra vuestro proyecto?
Estamos en segunda fase. La primera fue el desarrollo, investigación y el propio registro. Mientras que ahora, en esta segunda fase, estamos buscando líderes. En concreto, buscamos una consultora estratégica con conocimiento previo en Gobiernos y que cuente con presencia mundial. De esta manera, tendremos, por un lado, ese líder, y por otro, otro que asesore en lo referente a la investigación del proyecto. Nosotros, con nuestros recursos, daremos cobertura a ambas partidas.
Actualmente estamos en negociaciones con las principales consultoras mundiales, y una vez cerremos con una de ellas, serán quien designen, en función del País o Gobierno con quien trabajen, qué tecnológica desarrollará en cada caso. Es decir, nosotros nos hemos dedicado a desarrollar la solución y ellos aportarán la parte tecnológica para llevarla a cabo. Llevamos apenas dos meses en el mercado tras varios años en la primera fase.
¿Cuál es el mayor reto al que os habéis enfrentado o creéis que os vais a enfrentar?
La principal dificultad que nos hemos encontrado es que hasta la fecha nos hemos autofinanciado todo el proceso. Ya no solo en el plano económico, sino que han sido, además, muchas horas que hemos dejado de dedicarle a nuestros trabajos principales. También, como te decía, la investigación, el registro y el desarrollo del sistema, era complicado llevarlo a cabo: hablar con el registrado de la propiedad, explicarlo, garantizar que lo que tú dices es correcto… Al final, es como escribir un libro. Debes escribirlo una sola vez y esperar a que alguien quiera editártelo tal y como está.
En definitiva, es un gran reto. Solo el registro nos ha llevado más tiempo que lo equiparable a la preparación de una oposición de tipo A, aproximadamente una década; pero estamos recogiendo frutos en muy poquito tiempo. Y lo habrán entendido mejor o peor, pero nadie, hasta el momento, nos ha dicho “no” a nuestro sistema.
¿Por qué elegiste la Universidad Europea? ¿Qué valores y características crees que tiene que han contribuido en tu desarrollo profesional?
En mi caso, había realizado un primer año en la universidad pública, pero no estaba muy conforme con el formato. Mi vocación desde los 14 años había sido estudiar Administración y Dirección de Empresas y lo que vi en mi primer año no era el modelo que me esperaba.
Tras ese chasco, me plantearon mis padres la posibilidad de ir a la Universidad Europea. Allí, en la jornada de puertas abiertas me explicaron el formato de clases, los seminarios, el funcionamiento de los casos prácticos…etc. A partir de ahí, no dudé y hoy considero que es una de las mejores decisiones que he tomado. Porque todo lo que me explicaron se cumplió con el paso del tiempo.
La Universidad me enseñó a ser práctico, saber resumir, a tomar decisiones de manera eficiente, a aplicar el código deontológico en mi profesión, pero sobre todo, nos insistían en reciclarnos continuamente a través de una formación continua.
Esto ha hecho que yo llegue al momento actual como si fuera un recién licenciado, por haber adaptado mi educación a las nuevas tendencias constantemente.
¿Cuál es tu mejor recuerdo en la Universidad Europea?
Los hay muchos, académicos y no académicos. Académicamente, destacaría las clases dinámicas, ya que los alumnos teníamos un trato muy cercano con todos los profesores. De hecho, a día de hoy, tenemos relación con muchos de ellos y todavía podemos consultarles muchas dudas que tenemos.
Otro buen recuerdo que tengo, tirando de hemeroteca, es que en el año 2001/2002, tuve la oportunidad de pertenecer a un club interno sobre cómo mejorar la universidad, siempre desde el punto de vista del estudiante: el estado de las clases, del puente… propusimos crear unas ventanillas para dejar notas al profesor sin tener que interrumpir la clase y se hicieron…muchas cosas.
De la parte no académica, el mejor recuerdo que tengo es pensar en que Salva y Quique, que pasaron y vivieron esa etapa conmigo, hoy sean mis socios en CCG.
¿Qué consejos darías a aquéllos que acaban de terminar sus estudios y salen ahora al mundo profesional?
Los consejos siempre son subjetivos, pero yo les diría que tuvieran claros sus objetivos profesionales, que se formen continuamente, que sean humildes, que tengan presente a sus amigos y compañeros, y, sobre todo, que tengan presente la Universidad que les respalda.